Haber podido vivir la experiencia de convivir con estudiantes de joyería de toda Europa y ver como el mundo de la joyería de arte rompe fronteras no fue sólo una experiencia inolvidable para mí, también hizo que el deseo de poder dedicarme a algo que permitiera desarrollarme y expresarme artísticamente empezara a ser una realidad. Considero indispensable mirar hacia fuera cuando se está trabajando una disciplina artística; las relaciones internacionales con otros estudiantes y artistas hacen enriquecer nuestro lenguaje, conocer diferentes enfoques y crear una comunidad que yo comencé desde mi centro de estudios.