Guardo muy buen recuerdo de mi estancia en Saint Amand Montrond. Además de disfrutar muchísimo y pasarlo genial fue una experiencia que influyó muy positivamente en mi carrera profesional. Tuve la oportunidad de visitar el Museo de Artes Decorativas de Paris y el Museo del Esmalte de Limoges, allí pude reforzar los conocimientos adquiridos al poder contemplar piezas que representan hitos de la historia de la joyería y el esmalte.
Por otro lado, pude realizar un proyecto de principio a fin en una semana, lo que me hizo aprender muy rápido algunas técnicas y perder el miedo a llevar a cabo mis ideas.
También, tuve la oportunidad de realizar por primera vez una exposición en otro idioma y ante un público abundante. El resultado exitoso de ésta empresa, sin duda, reforzó mis habilidades comunicativas y mi confianza.
Y por último, pude disfrutar de la inauguración de la primera exposición en la que participaba, “Una joya que viaja”. Fue una experiencia muy positiva que me alentó a presentarme a otras exposiciones en el futuro. Además conviví con estudiantes y profesores de cinco países diferentes lo que enriqueció mi visión de la joyería contemporánea.